Los delegados mundiales parecen lanzar un acuerdo para detener la pérdida de la naturaleza en la hierba alta

Los delegados mundiales parecen lanzar un acuerdo para detener la pérdida de la naturaleza en la hierba alta

Las negociaciones sobre un acuerdo ambicioso sobre biodiversidad para detener o revertir la pérdida de la naturaleza llegaron a su fin en Suiza el martes, y los países acordaron poco más que nuevas conversaciones en junio.

La reunión de Ginebra de alrededor de 1.000 negociadores de 164 países estaba destinada a ser la última antes de la pospuesta Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad en la ciudad china de Kunming, donde los países ratificarán un acuerdo para proteger alrededor de 1 millón de especies de plantas y animales en peligro de extinción. leer más

El marco tiene el potencial de ser el equivalente en biodiversidad del acuerdo climático de París de 2015, pero los activistas se han quejado del progreso glacial en las conversaciones que el martes aprobaron otra ronda de negociaciones en Kenia a fines de junio.

El asesor principal de políticas de Greenpeace para Asia Oriental, Li Shuo, dijo que el proceso estaba “sobre terreno inestable”.

“Hasta ahora, este proceso ha sido mal diseñado y decepcionante”, agregó.

Un borrador de texto mostró una gran parte de los 21 objetivos del marco aún entre corchetes, como objetivos específicos para reducir el uso de pesticidas y eliminar miles de millones de dólares en subsidios agrícolas dañinos, lo que indica una falta de acuerdo formal.

En la misión principal de detener y revertir las pérdidas de biodiversidad, los negociadores no pudieron decidir si apuntaban a 2030 o 2050, mostró el documento.

“Ha sido increíblemente frustrante”, dijo un delegado que se negó a ser identificado ya que las sesiones de negociación son confidenciales.

En una ilustración de los desafíos, el copresidente Francis Ogwal pidió a los delegados que aprobaran la redacción que los negociadores habían refinado cuidadosamente hasta pasadas las 3 am del lunes por la mañana. ”Le ruego que no ponga corchetes en nada aquí. ¿Puedo dar un mazo?” preguntó el ugandés a la sala, sonriendo nerviosamente. Golpeó la mesa y se echó a reír, solo para que Bolivia objetara segundos después y deshiciera el consenso. Posteriormente se acordó una solución.

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