Desde el campo hasta tu mesa: Desafíos de las cadenas de suministro para una alimentación sostenible en América Latina y el Caribe
En América Latina y el Caribe (ALC), la seguridad alimentaria es un desafío que no puede ser ignorado. Según la FAO, desde 2014, el hambre y la inseguridad alimentaria han aumentado drásticamente en la región, superando la media mundial. Actualmente, un 40.6% de la población en ALC enfrenta inseguridad alimentaria y carece de un acceso continuo a alimentos[1]. Las recientes crisis solo han empeorado la situación, con precios de alimentos y fertilizantes en aumento,
En este escenario, las cadenas de suministro agroalimentarias son críticas para la seguridad alimentaria, ya que garantizan la producción, transporte, almacenamiento y distribución de alimentos. En un webinar organizado por la División de Transporte del BID, con la participación de IICA y FAO, se profundizó en los desafíos y políticas públicas para garantizar la seguridad alimentaria en la región desde las cadenas de suministro agrícolas.
Dentro de los desafíos, los expertos de la FAO, IICA y del BID subrayaron que el hambre y la inseguridad alimentaria son desafíos multisectoriales, estrechamente ligados a la pobreza. Para las personas de bajos ingresos, acceder a una alimentación adecuada se vuelve tarea difícil. Además de la pobreza, los altos costos logísticos y de transporte también son obstáculos fundamentales para la seguridad alimentaria. Según el Banco Mundial, entre el 29% y el 48% del precio final de los granos en América Central se atribuye a los costos logísticos, lo que dificulta el acceso a alimentos asequibles tanto para los productores como para los consumidores.
La falta de disponibilidad y calidad de alimentos es otro desafío importante. A pesar de la alta capacidad de producción de alimentos en la región, existen desequilibrios en la distribución y acceso a ellos.
Por ejemplo, la experiencia de FAO en áreas metropolitanas de Colombia, evidencia que una gran proporción de los alimentos consumidos provienen de zonas alejadas del país o del mercado externo, a pesar de que los departamentos analizados tienen capacidad productiva suficiente para abastecer la demanda local. Esto revela la falta de integración y eficiencia en las cadenas de suministro a nivel local, lo que se debe principalmente a la falta de agrupación de la oferta territorial y a la insuficiente capacidad en sistemas agrologísticos de primera y última milla[2]. Como resultado, se generan mayores pérdidas, desperdicio de alimentos y una mayor huella de carbono ya que los alimentos recorren más kilómetros de los necesarios.
Para superar estos desafíos, es necesario implementar medidas y soluciones efectivas. Esto incluye el fortalecimiento de la asociatividad territorial para integrar la oferta productiva de los municipios y subregiones, así como:
- La inversión y el desarrollo de capacidades en sistemas agrologísticos para mejorar los procesos de primera y última milla.
- Seguir avanzando en mejorar la conectividad física urbana y rural, mejorando las infraestructura y servicios de transporte.
- Una mayor integración y coordinación entre los actores involucrados en las cadenas de suministro agroalimentarias, incluyendo gobiernos, organismos multilaterales y el sector privado.
El BID ha colaborado con los gobiernos y el sector privado para optimizar la logística y mejorar el acceso a alimentos en la región.
- En Mesoamérica, se han implementado Planes Nacionales de Logística que mejoran la planificación considerando servicios, infraestructura y políticas de desarrollo territorial[2].
- Además, en respuesta a la pandemia, se han explorado soluciones de “crowlogistics” para mejorar las cadenas de suministro y distribución.
- Los proyectos de infraestructura y servicios de transporte vienen incorporando de manera más profunda una perspectiva de las cadenas de suministros, alineando la infraestructura con su contribución a la eficiencia de las cadenas y la accesibilidad de áreas productivas y consumidoras.
Estos enfoques fomentan la cooperación entre los actores de la cadena y buscan una distribución equitativa del valor y un uso eficiente de los recursos.
En resumen, los desafíos para la seguridad alimentaria en ALC son multifacéticos, incluyendo la pobreza, los altos costos logísticos y la falta de eficiencia en las cadenas de suministro. Para fortalecer la seguridad alimentaria, es necesario implementar medidas que promuevan el acceso a alimentos asequibles y nutritivos, mejorar la eficiencia en las cadenas de suministro agroalimentarias y explorar modelos logísticos alternativos. Esto requiere de la colaboración entre gobiernos, organismos internacionales y el sector privado para implementar soluciones efectivas y sostenibles y el BID está muy bien posicionado para eso.