Alarma mundial por los piratas de la pesca
La piratería, una de las actividades ilícitas más frecuentes siglos atrás, vuelve a presentarse como una de las principales amenazas en los océanos de todo el mundo a través de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). Las consecuencias son alarmantes: además del daño al ecosistema, las pérdidas económicas se cuentan por miles de millones, y se producen diversas violaciones a los derechos humanos producto de esta actividad criminal.
Según The Economist, la pesca ilegal representa entre el 20 y el 50% de las capturas a nivel mundial, siendo las ricas aguas de los océanos Índico y Pacífico las más afectadas.
Esta actividad ilícita se desarrolla a partir de un amplio abanico de acciones. “La pesca INDNR existe en todos los tipos y dimensiones de la pesca, ocurre tanto en alta mar como en zonas bajo jurisdicción nacional, afecta a todos los aspectos y etapas de la captura y utilización del pescado y, en ocasiones, puede estar asociada con la delincuencia organizada”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El organismo detalla que, en ocasiones, la pesca ilegal es realizada “por buques nacionales o extranjeros en aguas bajo la jurisdicción de un Estado, sin el permiso de éste o contraviniendo su legislación”. En ese sentido, China representa el mayor depredador a nivel mundial. En los últimos tiempos encendió las alarmas del continente americano, donde países como Ecuador, Perú, Chile y Argentina, entre otros, vieron crecer la amenaza de los buques pesqueros del régimen chino.