CON SUS PLATOS TÍPICOS, GUAYLLABAMBA SOBREVIVE A LA PANDEMIA
Yahuarlocro, locro de queso, papas con cuero, tostado, aguacate y chirimoyas. Sin esas palabras es imposible describir a Guayllabamba, una parroquia rural ubicada a 30 minutos de Quito, conocida por su clima seco y templado, y por sus populares restaurantes de comida típica. A pesar de meses de inestabilidad en las ventas, debido a la pandemia, sus pobladores no dan su brazo a torcer y buscan alternativas para seguir atrayendo a sus clientes.
La presidenta de la Asociación de Vendedores San Francisco de Guayllabamba, Inés Morales, reconoce que los negocios fueron afectados por la pandemia. Si antes cada uno podía vender un promedio de $ 900 el fin de semana, la recaudación bajó al 50%.
También lamentó que los miembros de la asociación hayan decidido separarse del gremio. De 65 socios, solo quedan 20. Sin embargo, confía en que poco a poco la recuperación sea posible hasta antes de fin de año.